Hola , qué tal estás? La entrada que te propongo hoy es un artículo de opinión que escribí para la revista del centro Santa Lucía del Trampal. Espero que te guste.
Paqui .Ramírez .Manchón
Las alas son para volar
Hola , qué tal estás? La entrada que te propongo hoy es un artículo de opinión que escribí para la revista del centro Santa Lucía del Trampal. Espero que te guste.
Paqui .Ramírez .Manchón
Las alas son para volar
Estimados
lectores, padres, alumnos, compañeros de faena y allegados a esta
comunidad educativa. Esto sobre lo que voy a reflexionar no es
fruto de la especialización en la materia, puesto que no soy
psicóloga, ni pedagoga de carrera, sino resultado de la
experiencia diaria en el aula, a lo largo de veintitantos años.
Perdonen mi ingenuidad y disculpen el atrevimiento. Como dijo el
escritor griego Plutarco “para saber hablar es preciso saber
escuchar” .Yo escucho, luego escribo, que es como hablar más
pensado.
Cuando
comencé mi andadura profesional, allá por el año 1989, nunca
llegué a imaginar todo lo que me quedaría por vivir y por aprender.
Aún
hoy, sigo aprendiendo y escuchando. La vida es eso para mí, un
continuo presente lleno de oportunidades, para aprender desde el
sentimiento, la emoción y, por último, la reflexión. Sentir,
emocionarse, pensar son infinitivos vitales inherentes a mi
naturaleza de mujer, comunes a todos los seres humanos sin
excepción.
El
orden tiene aquí su importancia: Sentir, Emocionarse, Pensar. Si
no, ya me dirán ustedes, ¿cómo dedicarse a la gratificante y ardua
tarea de educar y formar adolescentes, si no es partiendo de esta
realidad?
El
alumno o la alumna con quien convivimos a diario en el aula es un ser
lleno de expectativas y posibilidades que la mayoría de las veces,
primero siente y se emociona, y luego, piensa. Así lo observo en el
aula, día tras día en la práctica docente que yo planifico y ellos
experimentan musicalmente.
El
alumno siente aceptación, rechazo, preocupación, nerviosismo,
apatía, cansancio… Cuando hablamos de emoción, me refiero a que
puede manifestar y expresar corporalmente inseguridad, ternura,
enfado, pasión, alegría desbordada, ira, decepción,, dolor… Y
digo corporalmente porque la emoción cuando es intensa alcanza al
cuerpo, se somatiza y se refleja en conductas
muy ,específicas , a veces desbordadas, ante las cuales los
docentes debemos estar preparados y armarnos de paciencia y
serenidad.
En
el día a día de mis clases observo que sensaciones, sentimientos y
emociones ,mezcladas, preceden frecuentemente al acto de pensar. Para
un adolescente, al igual que para muchos adultos, es difícil
expresar con palabras exactas qué y cómo se siente.
Es
por eso que yo como profesora del área de Música me siento
tremendamente afortunada.
Les
cuento.
La
expresión musical facilita al adolescente extraer de su interior
sentimientos y emociones , traerlos a un plano o nivel de
consciencia en el que es posible expresarlos y lo más importante,
compartirlos.
Como
experiencia
compartida,
la Música invita a
la manifestación espontánea de estados de ánimo, de algunos
parámetros importantes de la personalidad y del mundo interior de
cada uno de nosotros. Libera la energía negativa y también la
positiva, a través de la expresión corporal y la danza; favorece el
intercambio de sentimientos e ideas .Nos permite "ser".
La
práctica instrumental, ¡tan importante!, el baile, el canto, y la
audición activa son algunas de las experiencias que abordamos en el
aula desde el trabajo
colaborativo,
sistema metodológico que fomenta el desarrollo de las competencias
claves que cada alumno debe desarrollar a lo largo de la etapa
educativa, de forma global e integrada.
Esta
forma de trabajar y de interactuar se sustenta, por un lado, en la
certeza de que, sin el previo trabajo individual, no se avanza ni se
disfruta, cuando toca el turno de trabajar en grupo. Por otro, en la
evidencia de que la experiencia musical compartida es doblemente
placentera y enseña al alumno a asumir un rol dentro de un equipo
de trabajo, cuyo
desempeño condiciona el nivel de logro o resultado final de todo el
proceso.
Aconsejo
a mis alumnos que estudien todos los días en sus casas, en
silencio, concentradamente, optimizando el tiempo, cuidando de no
divagar ni distraerse, con el fin de que lleguen al instituto con
el trabajo personal realizado. Sólo así, las sesiones de clase
resultan productivas, provechosas y satisfactorias para todos.
Cuando
hacemos música juntos, emociones, sentimientos y pensamientos se
integran y sintonizan. Percibo en mis alumnas y alumnos caras llenas
de luz, expresiones vivas, concentradas e inteligentes; chicas y
chicos felices y a gusto consigo mismos.
Es
en esos momentos cuando más feliz me siento de ser profesora de
música, de dedicarme a una profesión valiosa, porque valioso y
dignificante es el empeño de formar a esos adolescentes hoy,
adultos del mañana.
Me
doy cuenta de cuán importante es la asignatura que imparto, al
igual que lo son otras relacionadas con la expresión artística,
pues permiten el gozoso encuentro con la Belleza y la Armonía. Esas
dos cualidades estéticas que emanan de lo mejor de la condición
humana, y facilitan la expresión equilibrada del "ser".
Por
todos estos motivos, resulta díficil entender que en la actualidad
se devalúen las enseñanzas artísticas y de la Música, dentro
del ámbito de la enseñanza obligatoria. La nueva Ley Orgánica de
Mejora Educativa ,recientemente aprobada , no trata con delicadeza ni
igualdad al área
de música.
Propone una reducción
horaria de esta materia en todos los niveles educativos. Parece como
si quisiera eliminar del sistema educativo la oportunidad de
crecimiento personal, crítico, y global para nuestros alumnos. La
LOMCE no sólo ignora los valores propios de la música como tal,
es decir como arte y como lenguaje (y por tanto como vehículo de
expresión y comunicación) , sino que desdeña su valor como
recurso en otras áreas de conocimiento. Los informes Pisa demuestran
que el éxito
escolar (en
los países con mejor puntuación)
va asociado a programas educativos que incluyen la música en su
currículo como asignatura troncal desde la Educación Infantil.
Al
hilo de esta reflexión recuerdo un maravilloso cuento que escuché
a Jorge Bucay. El cuento se titula “las alas son para volar”. Es
uno de mis preferidos. Para
volar –
dice- hay
que crear el espacio de aire libre necesario para que las alas se
desplieguen….
Crear
el espacio favorable al aprendizaje en el aula supone propiciar un
ambiente sereno y respetuoso, en el que el alumno perciba la
aceptación de su persona; y el profesor pueda desempeñar sus
funciones de guía
y maestro en el
sentido grande de esta palabra, con autoridad y dignidad.
No
sólo en el aula; también, en casa, para aprender es necesario
facilitar a nuestros hijos las condiciones y el espacio que les
permitan desplegar las alas y seguir creciendo. A los poderes
públicos habría que hacerles comprender que el verdadero cambio
se produce desde dentro hacia afuera y no con la imposición de leyes
educativas no consensuadas ni justificadas desde el ámbito de la
realidad educativa, esa realidad que nosotros, los profesores,
conocemos de primera mano porque la vivimos a diario.
Ya
saben, Las alas
son para volar…….
….Y
cuando se hizo grande, su padre le dijo:
-Hijo
mío, no todos nacen con alas. Y si bien es cierto que no tienes
obligación de volar, me parece que sería penoso que te limitaras a
caminar, teniendo las alas que el buen Dios te ha dado.
-Pero
yo no sé volar- contestó el hijo.
-Es
verdad…-dijo el padre y caminando lo llevó hasta el borde del
abismo en la montaña.
-Ves,
hijo, este es el vacío. Cuando quieras volar vas a pararte aquí,
vas a tomar aire, vas a saltar al abismo y extendiendo las alas,
volarás.
El
hijo dudó: - ¿y si me caigo?
-aunque
te caigas no morirás, sólo algunos machucones que te harán más
fuerte para el siguiente intento-contestó el padre.
El
hijo volvió al pueblo, a sus amigos, a sus pares, a sus compañeros
con los que había caminado toda su vida. Los más pequeños de mente
le dijeron:
-¿Estás
loco? ¿Para qué? Tu viejo está medio chiflado…¿Qué vas a
buscar volando? ¿Por qué no te dejas de pavadas? ¿quién necesita
volar?
Los
más amigos le aconsejaron:
-¿Y
si fuera cierto? ¿no será peligroso? ¿por qué no empiezas
despacio? Prueba a tirarte desde una escalera o desde la copa de un
árbol, pero….¿desde la cima?
El
joven escuchó el consejo de quienes lo querían. Subió a la copa de
un árbol y , con coraje, saltó…Desplegó las alas, las agitó en
el aire con todas sus fuerzas pero igual se precipitó a tierra…
Con
un gran chichón en la frente, se cruzó con su padre:
-¡Me
mentiste! No puedo volar. Probé y ¡mira el golpe que me di! No soy
como tú. Mis alas sólo son de adorno.
-Hijo
mío- dijo el padre- Para volar, hay que crear el espacio de aire
libre necesario para que las alas se desplieguen. Es como para
tirarse en un paracaídas, necesitas cierta altura antes de saltar.
Para
volar hay que empezar corriendo riesgos.
Si
no quieres, quizás lo mejor sea resignarse y seguir caminando para
siempre.
Mis alumnos de 1º ESO B, a los que imparto Valores Éticos, están trabajando con este cuento. Mohamed es el padre. Yassine es el hijo. Y los amigos y amigas son: Luis Miguel, Azoud, Miguel, Tariq , Dorado, Yussef, Andrea, Fátima.
ResponderEliminarRealizamos un ensayo a la italiana, que consiste en decir cada uno lo suyo, sentados cómodamente, cuidando la dicción clara, la vocalización y la entonación dramatizada. Hoy es 28 de octubre de 2015. Gracias por este buen momento. Dª Paqui ( narradora)
Con este cuento hemos realizado el EXAMEN PRÁCTICO en Valores Éticos, con 1º B.
ResponderEliminarSe trata de utilizar la voz dramáticamente.
Es mejorable el uso de los silencios expresivos.
También el ritmo declamatorio, que ha de ser más lento.
Los alumnos y las alumnas de 1ºB han obtenido la calificación general de un NOTABLE (8).
La nota se complementa con el examen escrito.
Gracias por vuestra colaboración. Sois buenos alumnos.
Doña Paqui.