domingo, 12 de abril de 2015

LAS ALAS SON PARA VOLAR.Artículo de opinión. P. R. M



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            Hola , qué tal estás? La entrada que te propongo hoy es un artículo de opinión que escribí para la revista del centro Santa Lucía del Trampal. Espero que te guste.                                                           
                                                                                                                                                                     Paqui .Ramírez .Manchón


Las alas son para volar


Estimados lectores, padres, alumnos, compañeros de faena y allegados a esta comunidad educativa. Esto sobre lo que voy a reflexionar no es fruto de la especialización en la materia, puesto que no soy psicóloga, ni pedagoga de carrera, sino resultado de la experiencia diaria en el aula, a lo largo de veintitantos años. Perdonen mi ingenuidad y disculpen el atrevimiento. Como dijo el escritor griego Plutarco “para saber hablar es preciso saber escuchar” .Yo escucho, luego escribo, que es como hablar más pensado.
Cuando comencé mi andadura profesional, allá por el año 1989, nunca llegué a imaginar todo lo que me quedaría por vivir y por aprender.
Aún hoy, sigo aprendiendo y escuchando. La vida es eso para mí, un continuo presente lleno de oportunidades, para aprender desde el sentimiento, la emoción y, por último, la reflexión. Sentir, emocionarse, pensar son infinitivos vitales inherentes a mi naturaleza de mujer, comunes a todos los seres humanos sin excepción.

El orden tiene aquí su importancia: Sentir, Emocionarse, Pensar. Si no, ya me dirán ustedes, ¿cómo dedicarse a la gratificante y ardua tarea de educar y formar adolescentes, si no es partiendo de esta realidad?
El alumno o la alumna con quien convivimos a diario en el aula es un ser lleno de expectativas y posibilidades que la mayoría de las veces, primero siente y se emociona, y luego, piensa. Así lo observo en el aula, día tras día en la práctica docente que yo planifico y ellos experimentan musicalmente.

El alumno siente aceptación, rechazo, preocupación, nerviosismo, apatía, cansancio… Cuando hablamos de emoción, me refiero a que puede manifestar y expresar corporalmente inseguridad, ternura, enfado, pasión, alegría desbordada, ira, decepción,, dolor… Y digo corporalmente porque la emoción cuando es intensa alcanza al cuerpo, se somatiza y se refleja en conductas muy ,específicas , a veces desbordadas, ante las cuales los docentes debemos estar preparados y armarnos de paciencia y serenidad.

En el día a día de mis clases observo que sensaciones, sentimientos y emociones ,mezcladas, preceden frecuentemente al acto de pensar. Para un adolescente, al igual que para muchos adultos, es difícil expresar con palabras exactas qué y cómo se siente.
Es por eso que yo como profesora del área de Música me siento tremendamente afortunada.
Les cuento.
La expresión musical facilita al adolescente extraer de su interior sentimientos y emociones , traerlos a un plano o nivel de consciencia en el que es posible expresarlos y lo más importante, compartirlos.
Como experiencia compartida, la Música invita a la manifestación espontánea de estados de ánimo, de algunos parámetros importantes de la personalidad y del mundo interior de cada uno de nosotros. Libera la energía negativa y también la positiva, a través de la expresión corporal y la danza; favorece el intercambio de sentimientos e ideas .Nos permite "ser".
La práctica instrumental, ¡tan importante!, el baile, el canto, y la audición activa son algunas de las experiencias que abordamos en el aula desde el trabajo colaborativo, sistema metodológico que fomenta el desarrollo de las competencias claves que cada alumno debe desarrollar a lo largo de la etapa educativa, de forma global e integrada.

Esta forma de trabajar y de interactuar se sustenta, por un lado, en la certeza de que, sin el previo trabajo individual, no se avanza ni se disfruta, cuando toca el turno de trabajar en grupo. Por otro, en la evidencia de que la experiencia musical compartida es doblemente placentera y enseña al alumno a asumir un rol dentro de un equipo de trabajo, cuyo desempeño condiciona el nivel de logro o resultado final de todo el proceso.

Aconsejo a mis alumnos que estudien todos los días en sus casas, en silencio, concentradamente, optimizando el tiempo, cuidando de no divagar ni distraerse, con el fin de que lleguen al instituto con el trabajo personal realizado. Sólo así, las sesiones de clase resultan productivas, provechosas y satisfactorias para todos.

Cuando hacemos música juntos, emociones, sentimientos y pensamientos se integran y sintonizan. Percibo en mis alumnas y alumnos caras llenas de luz, expresiones vivas, concentradas e inteligentes; chicas y chicos felices y a gusto consigo mismos.
Es en esos momentos cuando más feliz me siento de ser profesora de música, de dedicarme a una profesión valiosa, porque valioso y dignificante es el empeño de formar a esos adolescentes hoy, adultos del mañana.
Me doy cuenta de cuán importante es la asignatura que imparto, al igual que lo son otras relacionadas con la expresión artística, pues permiten el gozoso encuentro con la Belleza y la Armonía. Esas dos cualidades estéticas que emanan de lo mejor de la condición humana, y facilitan la expresión equilibrada del "ser".
Por todos estos motivos, resulta díficil entender que en la actualidad se devalúen las enseñanzas artísticas y de la Música, dentro del ámbito de la enseñanza obligatoria. La nueva Ley Orgánica de Mejora Educativa ,recientemente aprobada , no trata con delicadeza ni igualdad al área de música. Propone una reducción horaria de esta materia en todos los niveles educativos. Parece como si quisiera eliminar del sistema educativo la oportunidad de crecimiento personal, crítico, y global para nuestros alumnos. La LOMCE no sólo ignora los valores propios de la música como tal, es decir como arte y como lenguaje (y por tanto como vehículo de expresión y comunicación) , sino que desdeña su valor como recurso en otras áreas de conocimiento. Los informes Pisa demuestran que el éxito escolar (en los países con mejor puntuación) va asociado a programas educativos que incluyen la música en su currículo como asignatura troncal desde la Educación Infantil.
Al hilo de esta reflexión recuerdo un maravilloso cuento que escuché a Jorge Bucay. El cuento se titula “las alas son para volar”. Es uno de mis preferidos. Para volar – dice- hay que crear el espacio de aire libre necesario para que las alas se desplieguen….
Crear el espacio favorable al aprendizaje en el aula supone propiciar un ambiente sereno y respetuoso, en el que el alumno perciba la aceptación de su persona; y el profesor pueda desempeñar sus funciones de guía y maestro en el sentido grande de esta palabra, con autoridad y dignidad.
No sólo en el aula; también, en casa, para aprender es necesario facilitar a nuestros hijos las condiciones y el espacio que les permitan desplegar las alas y seguir creciendo. A los poderes públicos habría que hacerles comprender que el verdadero cambio se produce desde dentro hacia afuera y no con la imposición de leyes educativas no consensuadas ni justificadas desde el ámbito de la realidad educativa, esa realidad que nosotros, los profesores, conocemos de primera mano porque la vivimos a diario.

Ya saben, Las alas son para volar…….

.Y cuando se hizo grande, su padre le dijo:
-Hijo mío, no todos nacen con alas. Y si bien es cierto que no tienes obligación de volar, me parece que sería penoso que te limitaras a caminar, teniendo las alas que el buen Dios te ha dado.
-Pero yo no sé volar- contestó el hijo.
-Es verdad…-dijo el padre y caminando lo llevó hasta el borde del abismo en la montaña.
-Ves, hijo, este es el vacío. Cuando quieras volar vas a pararte aquí, vas a tomar aire, vas a saltar al abismo y extendiendo las alas, volarás.
El hijo dudó: - ¿y si me caigo?
-aunque te caigas no morirás, sólo algunos machucones que te harán más fuerte para el siguiente intento-contestó el padre.
El hijo volvió al pueblo, a sus amigos, a sus pares, a sus compañeros con los que había caminado toda su vida. Los más pequeños de mente le dijeron:
-¿Estás loco? ¿Para qué? Tu viejo está medio chiflado…¿Qué vas a buscar volando? ¿Por qué no te dejas de pavadas? ¿quién necesita volar?
Los más amigos le aconsejaron:
-¿Y si fuera cierto? ¿no será peligroso? ¿por qué no empiezas despacio? Prueba a tirarte desde una escalera o desde la copa de un árbol, pero….¿desde la cima?
El joven escuchó el consejo de quienes lo querían. Subió a la copa de un árbol y , con coraje, saltó…Desplegó las alas, las agitó en el aire con todas sus fuerzas pero igual se precipitó a tierra…
Con un gran chichón en la frente, se cruzó con su padre:
-¡Me mentiste! No puedo volar. Probé y ¡mira el golpe que me di! No soy como tú. Mis alas sólo son de adorno.
-Hijo mío- dijo el padre- Para volar, hay que crear el espacio de aire libre necesario para que las alas se desplieguen. Es como para tirarse en un paracaídas, necesitas cierta altura antes de saltar.
Para volar hay que empezar corriendo riesgos.
Si no quieres, quizás lo mejor sea resignarse y seguir caminando para siempre.



2 comentarios:

  1. Mis alumnos de 1º ESO B, a los que imparto Valores Éticos, están trabajando con este cuento. Mohamed es el padre. Yassine es el hijo. Y los amigos y amigas son: Luis Miguel, Azoud, Miguel, Tariq , Dorado, Yussef, Andrea, Fátima.
    Realizamos un ensayo a la italiana, que consiste en decir cada uno lo suyo, sentados cómodamente, cuidando la dicción clara, la vocalización y la entonación dramatizada. Hoy es 28 de octubre de 2015. Gracias por este buen momento. Dª Paqui ( narradora)

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  2. Con este cuento hemos realizado el EXAMEN PRÁCTICO en Valores Éticos, con 1º B.
    Se trata de utilizar la voz dramáticamente.
    Es mejorable el uso de los silencios expresivos.
    También el ritmo declamatorio, que ha de ser más lento.

    Los alumnos y las alumnas de 1ºB han obtenido la calificación general de un NOTABLE (8).
    La nota se complementa con el examen escrito.
    Gracias por vuestra colaboración. Sois buenos alumnos.
    Doña Paqui.

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